Mi nombre es Raquel, Misionera Laica. Mi experiencia durante este mes y medio, ha sido una gracia especial de Dios en mi vida; unas vacaciones diferentes, con una experiencia profunda de compartir la fraternidad con las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada y con los predilectos de Jesús, que son la gente pobre y sencilla.
He vivido una experiencia de encuentro con Jesús en el rostro del que sufre. Descubrí que Jesús está escondido en el rostro de los niños que sufren, en el rostro del drogadicto/a, de los jóvenes que no pueden terminar sus estudios, en las niñas que viven una enfermedad incurable, en las familias que buscan dinero para comprar los medicamentos. En la convivencia con la gente he sentido una alegría profunda; caminar por sus caminos, compartir sus comidas picantes con chiles, los tacos o "enchiladas". La mirada de los pobres, es la mirada de Jesús. Esa es la experiencia que he vivido. He aprendido mucho del contacto con esa gente, su sencillez, su acogida, su alegría en medio de toda la pobreza, esa sonrisa que te invita a vivir con lo necesario. He aprendido a mirar con ojos de la FE y el AMOR.
Terminado el mes de experiencia en Tijuana, dejándome mirar por Él, aceptando la invitación de las Religiosas de ir a Guadalajara a unos días de retiro espiritual de siete días, puedo confesar con sinceridad que han sido, unos días de encuentro personal con Jesús. De esta vivencia he salido fortalecida y con la necesidad de vivir en actitud de escucha desde la oración, a ejemplo de la Virgen María. La vida de oración es una necesidad principal en mi vida, mi vida ha cambiado y puedo decir que soy feliz desde la mirada de Jesús, todo tiene sentido. Las pequeñas cosas del día a día tienen sentido y me dan felicidad verdadera.
También he podido releer los escritos de la Vida de Madre Emilia Riquelme Zayas, fundadora de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada. Una frase muy concreta: "Para las Misioneras no hay Fronteras. ¿Quieres ser Misionera? AMA." Esto mismo aplicamos los Misioneros Eucarísticos Laicos de la Congregación de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada.
Para terminar, quiero hacer una invitación a todos los jóvenes, de mediana edad, y adultos a que os arriesguéis a dar un paso y hacer una experiencia misionera y cambiará totalmente vuestra forma de ver las cosas, los acontecimientos y hasta vuestra forma de vivir. La gente sencilla te da pautas de vivir diferentes, encontrando a cada paso de tu vida ser feliz ayudando a los demás y dejándote ayudar por la gente que sufre. Descubrir el misterio de la Cruz, misterio de amor desde la oración.
He aprendido mucho de la gente sencilla. No he dado nada, ellos me lo han dado TODO, la presencia de Cristo. La vida se resume en las Bienaventuranzas.
Aprovecho para hacer llegar mi gratitud a la Iglesia Misionera y a las Religiosas que me han acogido y me han enseñado a vivir en Fraternidad, a vivir con alegría en el servicio del mensaje del Evangelio de Jesús. "Siendo Pan Partido para un mundo hambriento".
RAQUEL BARRÓN RAMÍREZ - Misionera Laica