San José ocupa un lugar privilegiado en la historia de la
Salvación, y, consecuentemente, en la Iglesia y en la vida del bautizado.
Marca el entroncamiento humano de Jesús con la descendencia de David. Es
portador del cumplimiento histórico de las promesas mesiánicas que se realizan
en Cristo-Redentor (Cf. 1ª lectura: 2º Samuel 7, 4-5ª. 12-14ª. 16).
Es el Padre
tutelar del misterio de la Encarnación del Verbo. Protege y defiende la obra de
la Redención. Custodia el misterio de la Iglesia. S. José, perfeccionando el
estilo de Abrahán, es el "varón justo" que se adhiere en plenitud de
fe al plan de Dios (Cf. 2ª lectura: Romanos 4. 13. 16-18. 22). Por eso, obedece
sin condiciones cuando el ángel le anuncia la concepción virginal de María por
obra del Espíritu Santo (Cf. 3ª lectura San Mateo 1, 16. 18-21. 24a).
Es el
hombre de fe incondicional y de esperanza gozosa, porque se apoya en la palabra
de Dios que no puede fallar. Entrega todo su ser al plan de Dios porque lo
mueve el amor: se siente amado por Dios y ama a Dios con mente, corazón y
obras. El clima que envuelve la vida de S. José es la oración, el silencio, la
pobreza, el trabajo...
BELLISIMO CANTO DIOS LES BENDIGA!!
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