Esta dimensión Eucarística nos lleva a ser “pan partido” para nuestros hermanos, a ser prolongación de Cristo entregado a los hombres de hoy. Se desprende de esta identificación con Él, la vivencia de la celebración Eucarística prolongada en la adoración y de la extensión de su Reino por todo el mundo.
¿Cómo hacer hoy presente este deseo?
- Con la celebración Eucarística diaria, compartida con los fieles.
- Con la exposición permanente del Santísimo Sacramento en nuestras capillas; Cristo expuesto para ser adorado por todos.
- Con la creación de grupos y cenáculos de oración-adoración eucarística.
En la formación continua, en “Escuela Eucarística”, en la profundización del magisterio de la Iglesia.
DIMENSIÓN MARIANA:
Nuestra dimensión mariana nace de la experiencia de María que tuvo nuestra Madre Fundadora desde su más tierna infancia, es ella quien vive e inculca a todas este amor a la Virgen Inmaculada, la llama Madre, “Nuestro Todo después de Dios”.
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