martes, 25 de enero de 2011

TESTIMONIO VOCACIONAL DE DOS JÓVENES



Queridas hermanas,



La comunidad de Guadalajara, Jal. (México) quiere compartir con vosotras el testimonio de dos jóvenes que han convivido con nosotras, haciendo una pequeña experiencia, durante las vacaciones de Navidad.



Son dos jóvenes de los fraccionamientos en los que trabajamos y que han participado en todos los encuentros vocacionales que hemos tenido. ¡Gloria a Dios! Sigamos pidiendo mucho por los jóvenes, porque el Señor sigue llamando. ¡Gracias Señor!

MI EXPERIENCIA CON LAS MISIONERAS DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Y MARÍA INMACULADA

AURORA:

Bueno, pues lo que yo pienso de esta maravillosa experiencia que he vivido y que creo que es la más bella que he tenido es que: desde los encuentros que ya había estado con ellas anteriormente, que me parece que fueron como dos o tres, sentí una paz en mi interior… yo creo que es porque ellas reflejan esa humildad y ese amor, con eso que ellas tienen irradian a las demás personas que están a su alrededor.

Después cuando me quedé por más tiempo, me parece que primero una semana y después otros pocos días, comprendí y supe la verdad, es que ellas tienen un secretito… como un ingrediente secreto para un banquete delicioso. Ellas tienen a ¡Jesús Sacramentado! al ¡Santísimo Sacramento! Es que si todas comprendiéramos aunque sea un poquito de la inmensidad que es Él, y todo el amor que es, jamás seríamos capaces de alejarnos de Él. Además, me sentí muy a gusto y cómoda con lo lindas que son ellas, ¡todo fue tan bonito!

Me atrevo a decir que esta experiencia fue la que en realidad me hizo tomar las riendas de mi vida y seguir mi camino, el camino que Dios quiere para mí, en otras palabras: ¡mi vocación! Sea de cualquier forma que le sirva a Él pero teniendo en cuenta siempre, jamás alejarme del que es toda la felicidad que puede existir.



MIRIAM:


La primera vez que vine a los encuentros sentí algo muy especial y después cuando regresé a quedarme por un tiempo sentí algo que nunca había sentido, me sentía contenta y emocionada de convivir con las religiosas, porque su actitud reflejaba amor y humildad, lo que más me gustó fue estar frente al Santísimo y alabarlo y haberme llenado de amor. Y mi estancia en el convento fue muy cómoda y agradable y sentir que Jesús siempre estaba con nosotras en cualquier parte, aunque me falte mucho camino por recorrer, me siento segura de que jamás podré olvidar a Jesús, y oír su voz para seguir la vocación que Él quiere para mí.

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