sábado, 4 de junio de 2011
martes, 3 de mayo de 2011
jueves, 7 de abril de 2011
miércoles, 6 de abril de 2011
jueves, 10 de marzo de 2011
“Envueltos en el misterio de la Alianza de Dios…”
La acción vocacional en una persona sólo puede darse en un dinamismo de alianza y de comunión con Dios en el amor. Consciente de que fue escogido por Dios desde siempre, el individuo que es llamado se deja envolver en la aventura de la relación y del amor. El llamado descubre los proyectos de Dios, se identifica con ellos y acepta dar testimonio en el mundo de dichos proyectos de Dios. El amor de Dios que le llena el corazón le compromete en el amor a los hermanos.
Hablar de la vocación y de las vocaciones significa hablar de la realidad más profunda de la persona. No se trata apenas de buscar la satisfacción de un mero deseo personal o de sentirse realizado en determinadas tareas gratificantes. Es un proceso que se pasa a un nivel más profundo de la persona. Lo más importante y decisivo es la respuesta al llamamiento a seguir a Jesús en la Iglesia y a continuar su misión en el mundo, que puede llevar a la consagración total de la persona. Cualquier tipo de vocación asumida en esta perspectiva, abre a un proyecto bello y noble de realización de la persona humana en sus más profundas aspiraciones: en el don de si, en la relación con los otros, en la transformación de la sociedad y del mundo, según el proyecto salvífico de Dios.
Por tanto nuestra labor es fundamental en esta pastoral y podemos seguir las siguientes líneas:
1. Orar convencidos de la necesidad y del gran don que supone para la Iglesia el contar con muchas y selectas vocaciones. Para ello hay que saber orar y enseñar a hacerlo.
2. Vivir conscientemente y con alegría la vocación propia, siendo cada día más fiel a la llamada de Dios, y con conciencia de ser testimonio para los demás. 3. Ayudará mucho plantear los interrogantes vitales ¿quién soy? ¿qué sentido tiene mi vida? ¿cuál es mi misión? Conscientes de que cada uno tiene una vocación en la Iglesia y contribuye positivamente a que cada joven se plantee cuál es su misión y su vocación. Cuando no domina el tema se ha de poner en contacto al joven con alguien con más experiencia (sacerdote, religioso/a). 4. Trabajar apostólicamente para ir creando en nuestras comunidades un ambiente propicio y una cultura vocacional.
5. Formar grupos de catequesis de adolescentes y jóvenes con una marcada orientación vocacional.
6. Invitar a niñas y adolescentes a participar en las actividades que se organizan con ese fin vocacional. Fomentar las experiencias de voluntariado como “pastoral de servicio” gratuito, especialmente a los más pobres y necesitados, educando para el valor del sacrificio, de la donación incondicional y gratuita, para el empeño desinteresado y para aceptar la invitación a “perder la vida”. De este modo el voluntariado se convertirá en camino de compromisos progresivos que pueden llevar a decisiones definitivas, incluso a una vocación de especial consagración.
7. Hacerse miembro de la Red de intercesores y comprometerte a rezar un día a la semana un rato por las vocaciones.
8. Colaborar económicamente con el Seminario y con las casas de formación de religiosas, en la medida de las posibilidades, para que no se pierdan las vocaciones por falta de dinero.
LEO LA PALABRA (Juan 1, 35-42)
Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar aJesús dijo: –¡Mirad, ese es el Cordero de Dios! Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó:–¿Qué estáis buscando? Ellos dijeron: –Maestro, ¿dónde vives? Jesús les contestó:
Venid a verlo. Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. Lo primero que hizo Andrés fue buscar a su hermano Simón. Le dijo:Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús, y cuando Jesús le vio, dijo: Tú eres Simón, hijo de Juan, pero serás llamado Cefas (que significa: Pedro).
MEDITO LA PALABRA
Venir y ver, dos verbos que marcan el sentido de esta lectura. Venir, ver, quedarse, estar con Jesús. Jesús sale al encuentro de los que serán sus discípulos y los llama, los interroga y les pregunta: ¿Qué buscáis? Alguna vez cuando nos hacen esta pregunta sabemos rápidamente la respuesta, otras dudamos. Porque, ¿realmente sabemos lo que buscamos? Ellos le dicen que le buscan a él, a Jesús: ¿Dónde vives? Que es como decir: ¿qué haces? ¿tienes familia? ¿qué te preocupa de la sociedad? Seguramente que Juan y Andrés tienen más curiosidad que ganas de “dejarse liar”. Jesús es un tipo que llama la atención, así que le preguntan a ver de qué va. La respuesta de Jesús es: “Venid y ver”.
Venid y ver significa que en la vida solo hay una forma de estar y es “viendo y estando”. Lo demás son teorías. A Jesús se le conoce no en los libros, sino estando con él. Hay muchos personas entusiastas con cambiar las cosas: la sociedad, tantas cosas injustas. Pero no se atreven a moverse. Esta es precisamente la propuesta de Jesús: moverse, salir del impasse. Seguro que da miedo salir de lo conocido, hacer opciones, pero la confianza en Jesús nos debe ayudar a superarlo. ¡Es nuestro amigo! ¿no?
Jesús sigue llamando hoy a personas que quieran seguirle. Lo importante es seguir a Jesús, estar con él. Esto basta, para que comience una aventura difícil de explicar. Con Jesús, la vida cambia; y de paso la sociedad, el barrio, la familia. Esto fue lo que les sucedió a los dos discípulos: “Rabí, ¿Dónde estás? Jesús los invita a experimentar su estilo de vida. Ellos fueron, vieron y el resultado fue que se quedaron con él.
¿En qué puede consistir para ti este “Ven y verás” que te propone Jesús?
REZO CON LA PALABRA
Jesús no tiene manos. Tiene sólo nuestras manos para construir un mundo donde habita la justicia. Jesús no tiene pies. Tiene sólo nuestros pies para poner en marcha la libertad y el amor.Jesús no tiene labios. Tiene sólo nuestros labios para poder hacer llegar a todo el mundo palabras de esperanza y de futuro. Jesús no tiene medios. Tiene sólo nuestra acción para conseguir que todos los hombres sean hermanos. Jesús nosotros somos tu evangelio, el único evangelio que la gente puede leer, si nuestras vidas son obras y palabras eficaces. Jesús danos tu fuerza moral para desarrollar nuestros talentos i hacer bien todas las cosas.
EN TUS MANOS
Señor, me pongo en tus manos enteramente. Tú me has creado para Ti. Me has elegido.No quiero pensar más en mí, sino sólo seguirte.
Señor un día me llamaste y continúas
Llamándome en cada momento,
quiero ir, ver y quedarme siempre contigo.
¿Qué quieres que haga en cada momento,
en cada situación? Permíteme hacer el camino contigo, acompañarte siempre, en la alegría y en el dolor.
Te entrego deseos, placeres, debilidades, proyectos, pensamientos que me entretienen lejos de Ti y me repliegan continuamente sobre mí.
¡Haz de mí lo que quieras! No discuto sobre el precio. No trato de saber con anticipación tus designios diarios sobre mí. Quiero lo que Tú quieras para mí.
No digo: “Te seguiré donde vayas”, porque soy débil. Pero me entrego a Ti para que seas Tú quien me conduzca. Quiero seguirte en la oscuridad, sólo Te pido la fuerza necesaria.
Oh, Señor, haz que yo lleve todo ante Ti, y que busque lo que Te agrada en cualquier decisión mía y tu bendición sobre todas mis acciones.
Como un reloj de sol no indica la hora si no es con el sol, así quiero yo ser orientado por Ti: Tú quieres guiarme y servirte de mí. Así sea, Señor Jesús. (Cardenal J.H. Newman
miércoles, 9 de febrero de 2011
ENCUENTRO VOCACIONAL FEBRERO 2O11 EN GUADALAJARA (MÉXICO)
viernes, 4 de febrero de 2011
Somos invitadas a intensificar nuestra oración por las vocaciones.
Con María, Mujer Fiel pedimos por cada una de nosotras, Misioneras para que seamos fieles al carisma recibido y demos cada día una respuesta más generosa!!!
Todas necesitamos especialmente la ORACIÓN INTENSA y el OFRECIMIENTO especial de nuestras hermanas mayores y de aquellas que acogen con amor la enfermedad…Para Dios y para cada una es un TESORO de gracias.
Virgen y Madre, Santa María,
que animaste a la primera comunidad,
en la que «todos perseveraban unánimes en la oración»,
ayudanos a ser en el mundo de hoy
signo elocuente del amor de Dios a todos los hombres.
Virgen María, que respondiste con prontitud
a la llamada del Padre diciendo:
«Aquí está la esclava del Señor»,
intercede para que no falten
servidores de la alegría
que estén dispuestos a evangelizar a toda la humanidad.
Que aumente el número de los consagrados,
que vayan contracorriente,
viviendo en pobreza, castidad y obediencia,
y dando testimonio profético de Cristo y de tu Amor.
María, que comprendiste mejor que nadie
el sentido de las palabras de Jesús:
«Mi madre y mis hermanos son
los que escuchan la palabra de Dios
y la ponen en práctica»,
haz que los jóvenes
a los que el Señor llama,
aprendan a escuchar a tu Hijo.
Ayúdanos a todos, a decir con la vida:
«Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad».
Oración vocacional
Padre Bueno, Dueño de la mies, escucha la oración de tus hijos.
Concédenos muchas y muy santas vocaciones sacerdotales, consagradas y laicales, garantía de vitalidad para el porvenir de tu Iglesia.
Haz que los sacerdotes, consagrados y los laicos seamos testimonio de caridad por nuestra total entrega a ti y a nuestro prójimo.
Danos a todos sabiduría para descubrir tu llamado y generosidad para responder con prontitud.
Que María, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, interceda por nosotros y nos ayude a decir “Sí” al Señor que nos llama a colaborar en el designio divino de salvación.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
Señor Dios, Padre Celestial: la mies es mucha y los obreros pocos. Envía obreros a tu mies. Envíanos muchos y santos evangelizadores que anuncien tu mensaje a todas las gentes.
Recibe nuestro agradecimiento por las vocaciones que por medio de tu Espíritu Santo regalas continuamente a tu Iglesia. Te suplicamos que llenes de santidad a los sacerdotes y misioneros, a las personas consagradas en la vida religiosa y a los apóstoles laicos.
Concede fortaleza y perseverancia en su vocación a quienes se preparan al sacerdocio o a la vida religiosa. Vuelve también hoy tu mirada hacia la juventud e invítale a seguirte, y concede prontitud y generosidad para escucharte. Y la fuerza de dejarlo todo para seguir tu llamada.
Jesús Eucaristía te pedimos por intercesión de Nuestra Madre Fundadora que nos des la gracia de ser fieles y perseverar hasta el final en tu servicio. Que muchas jóvenes se sientan atraídas por Ti y te sigan a través de nuestro carisma: Eucarístico, Mariano y Misionero.
Perdona la no correspondencia y las infidelidades de aquellos que has escogido.
Te lo suplicamos en el nombre de Jesucristo nuestro Señor y
por intercesión de maría Inmaculada, mujer del SÍ . Amén.
ORACIÓN VOCACIONAL
Enséñanos a amarte sobre todas las cosas, y tener a María, como la estrella que guía nuestros pasos por el mundo.
Por intercesión de tu sierva Mª Emilia, te rogamos que envíes a esta parcela de tu Iglesia, jóvenes valientes y con un corazón tan puro como el rocío de la mañana.
Manda Señor, misioneras, enamoradas de la Eucaristía, religiosas castas, pobres, y obedientes que, por amor al Reino de tu Hijo Jesús sean capaces de cruzar fronteras.
Cuida de nuestros grupos y comunidades, como te cuidas de las flores de los campos y las aves del cielo.
Haz de nuestra Familia Misionera un testimonio vivo de tu Evangelio lleno de optimismo y de ilusión.
Te lo pedimos, padre, por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
martes, 25 de enero de 2011
TESTIMONIO VOCACIONAL DE DOS JÓVENES
La comunidad de Guadalajara, Jal. (México) quiere compartir con vosotras el testimonio de dos jóvenes que han convivido con nosotras, haciendo una pequeña experiencia, durante las vacaciones de Navidad.
Son dos jóvenes de los fraccionamientos en los que trabajamos y que han participado en todos los encuentros vocacionales que hemos tenido. ¡Gloria a Dios! Sigamos pidiendo mucho por los jóvenes, porque el Señor sigue llamando. ¡Gracias Señor!
AURORA:
Bueno, pues lo que yo pienso de esta maravillosa experiencia que he vivido y que creo que es la más bella que he tenido es que: desde los encuentros que ya había estado con ellas anteriormente, que me parece que fueron como dos o tres, sentí una paz en mi interior… yo creo que es porque ellas reflejan esa humildad y ese amor, con eso que ellas tienen irradian a las demás personas que están a su alrededor.
Después cuando me quedé por más tiempo, me parece que primero una semana y después otros pocos días, comprendí y supe la verdad, es que ellas tienen un secretito… como un ingrediente secreto para un banquete delicioso. Ellas tienen a ¡Jesús Sacramentado! al ¡Santísimo Sacramento! Es que si todas comprendiéramos aunque sea un poquito de la inmensidad que es Él, y todo el amor que es, jamás seríamos capaces de alejarnos de Él. Además, me sentí muy a gusto y cómoda con lo lindas que son ellas, ¡todo fue tan bonito!
Me atrevo a decir que esta experiencia fue la que en realidad me hizo tomar las riendas de mi vida y seguir mi camino, el camino que Dios quiere para mí, en otras palabras: ¡mi vocación! Sea de cualquier forma que le sirva a Él pero teniendo en cuenta siempre, jamás alejarme del que es toda la felicidad que puede existir.
MIRIAM:
La primera vez que vine a los encuentros sentí algo muy especial y después cuando regresé a quedarme por un tiempo sentí algo que nunca había sentido, me sentía contenta y emocionada de convivir con las religiosas, porque su actitud reflejaba amor y humildad, lo que más me gustó fue estar frente al Santísimo y alabarlo y haberme llenado de amor. Y mi estancia en el convento fue muy cómoda y agradable y sentir que Jesús siempre estaba con nosotras en cualquier parte, aunque me falte mucho camino por recorrer, me siento segura de que jamás podré olvidar a Jesús, y oír su voz para seguir la vocación que Él quiere para mí.