miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cristianos en los escenarios de la Nueva Evangelización


Ante los escenarios de la nueva evangelización (sociocultural y económico, político, científico y tecnológico, etc.), el Documento para el sínodo de la nueva evangelización anima a discernir las luces y las sombras de la experiencia cristiana.

Luces en la experiencia cristiana
Comencemos por algunas luces, logros y aciertos que se apuntan en el texto. El proceso migratorio actual ha llevado al encuentro y al intercambio de dones entre comunidades cristianas. La globalización está trayendo una toma de conciencia de que es necesario sobrepasar los confines geográficos, saliendo al encuentro de las diversidades que entretejen las relaciones sociales, porque la misión cristiana se encuentra en todos los cinco continentes. El escenario económico (la crisis persistente y extendida) ha fomentado una mayor preocupación por los pobres y una mayor sensibilidad social. Así es, y se trata de una sensibilidad que debe crecer, porque es exigencia de la Buena Nueva del Amor a Dios y a los demás y, por ello, es camino privilegiado para el anuncio del Evangelio. 
Estas luces lo son en efecto y apuntan direcciones fructíferas. A la vez, hay que reconocer que, en muchos ambientes, son luces que pueden y deben aumentar de intensidad. 

Sombras... para reflexionar
De hecho, mirando a las sombras que parecen haber contribuido al alejamiento de la fe (hasta la “apostasía silenciosa”), el documento señala la falta de una respuesta eclesial adecuada en tantos aspectos. Se detiene en algunos factores personales. Entre ellos, la falta de participación en la transmisión de la fe; el insuficiente acompañamiento espiritual; la excesiva burocratización de las estructuras eclesiales; la rutina en las celebraciones litúrgicas; el testimonio contrario al espíritu cristiano (infidelidad a la vocación, escándalos, falta de sensibilidad por los problemas de las personas y del mundo actual). 
Son aspectos que merecen profundización: ¿qué ha faltado, o qué ha sobrado, en esos casos?; o, sencillamente, ¿por qué ha sucedido así?, ¿qué ha hecho que cada uno de esos factores prevaleciera por encima de la “sinfonía de la fe”?. 

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