"En el desierto (de nuestro mundo moderno) se necesitan
sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la
Tierra prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza. La fe vivida abre
el corazón a la Gracia de Dios que libera del pesimismo. Hoy más que nunca
EVANGELIZAR quiere decir dar testimonio de una vida nueva, trasformada por
Dios, y así indicar el camino"
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